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Encontrar un equilibrio entre tecnología y simpleza no es tarea menor, sobre todo cuando una misma pantalla debe servirle al niño que quiere ver caricaturas, al adulto mayor que se enreda con los menús o a quien simplemente quiere llegar a casa y poner algo sin complicarse. Esa es la misión que tiene Roku en Latinoamérica, y según Alejandro Sobrino, Senior Product Manager para la región, el reto se resuelve volviendo a lo básico: una experiencia que no te haga pensar demasiado.
La plataforma parte de una idea sencilla pero poderosa: si la interfaz es clara, con íconos grandes, navegación en pocos pasos y todo en español, cualquier persona puede moverse sin miedo a equivocarse. La pantalla de inicio es la prueba de ello. Es limpia, sin distracciones, y cada hogar la puede acomodar como quiera, moviendo accesos directos, ordenando apps y dejando lo más usado al alcance de un clic. Para los niños, eso significa reconocer en segundos el ícono de su serie favorita; para los abuelos, una forma de evitar menús escondidos o decisiones confusas. Y para todos, menos tiempo adivinando dónde está cada cosa.
El control remoto conserva ese mismo espíritu. No hay botones de más ni funciones que toquen fibras de ingeniería avanzada. Y aun así, incluye una de las herramientas que más impacto ha tenido en los últimos años: el control por voz. En los dispositivos Roku Streaming Stick y Roku Streaming Stick Plus, ya viene integrado de fábrica. Encender la TV, ajustar el volumen, buscar una película o poner un capítulo específico… todo se puede hacer con la voz, sin escribir ni navegar interminablemente. Para muchos usuarios —especialmente quienes no se sienten cómodos tecleando— esa sola función les cambia la relación con la pantalla.

Pero más allá de la interfaz, Roku también busca que la instalación sea tan simple como el uso. La mayoría de sus dispositivos se conectan directamente al puerto HDMI y se alimentan del USB del televisor, sin cables adicionales, sin ocupar varios puertos y sin convertir la parte de atrás del TV en un enredo. En minutos, está funcionando. Y si alguien prefiere usar el celular en lugar del control físico, la app de Roku (en iOS y Android) replica todas las funciones, añade teclado para escribir más fácilmente e incluso permite activar el “Modo Auriculares” para escuchar en privado desde el teléfono.
La accesibilidad también entra en juego. El control por voz ya ayuda bastante, pero no es la única herramienta. Los subtítulos cerrados, el audio descriptivo (cuando las apps lo permiten) y los ajustes de imagen que se adaptan automáticamente al tipo de contenido hacen que nadie quede por fuera. En las Roku TV, además, hay un modo inteligente que calibra brillo y contraste según lo que se esté viendo, lo que facilita que la experiencia sea cómoda sin que el usuario tenga que hacer nada.
Uno de los aspectos que más agradecen los usuarios —sobre todo quienes no están familiarizados con el mundo del streaming— es que Roku no separa “lo gratis” de “lo de pago” en una esquina lejana. Las apps gratuitas se muestran igual que las demás y se agregan a la pantalla principal como cualquier otro servicio. Así, si la familia quiere usar Tubi, Pluto TV, Runtime, Plex, FreeTV, Canela.TV, Viki o ViX, basta con buscarlas en la tienda y listo. Sin procesos escondidos ni pasos extra. Todo se ve igual, todo funciona igual y todo queda accesible para cualquier persona de la casa.

La recomendación de contenido también juega un papel importante. Con el motor de descubrimiento impulsado por inteligencia artificial y aprendizaje automático, Roku intenta que el usuario llegue más rápido a lo que le gusta. No se trata solo de sugerir algo al azar, sino de entender patrones, preferencias y hábitos. La sección “Qué ver” y las listas de recomendaciones se alimentan de esta tecnología para mostrar opciones relevantes sin necesidad de abrir aplicación por aplicación. Cada miembro de la familia encuentra lo suyo en uno o dos pasos, lo que reduce la sensación de “¿qué vemos hoy?” que tanto tiempo quita.
Esta inteligencia no está quieta. Las recomendaciones, las búsquedas y parte del funcionamiento general se actualizan automáticamente, sin que el usuario deba hacer instalaciones manuales ni ajustes complicados. Para Sobrino, este es uno de los pilares del futuro de Roku: que la plataforma mejore a medida que avanza el consumo de contenido, sin pedirle trabajo extra a la gente. La idea es anticiparse a lo que cada quien quiere ver, mostrarlo sin rodeos y mantener la experiencia fluida para todos.
De cara a las tendencias que vienen, la visión es clara. Roku seguirá apostándole a una interfaz que no complique la vida, más contenido gratuito y alianzas locales que permitan que toda la experiencia esté completamente en español. A medida que el streaming se vuelve más diverso —más apps, más tipos de contenido, más audiencias—, el objetivo es evitar que la tecnología se interponga entre el usuario y lo que quiere ver.
En buena parte, esa ha sido la clave para que la plataforma conecte con familias completas: que no importa quién agarre el control, la TV siempre responda fácil, rápido y sin enredos. Y si algo ha demostrado Roku en la región, es que a veces la innovación más valiosa es la que se siente natural, la que no estorba y la que, con suerte, hace que todos en casa puedan ver lo suyo sin necesidad de convertirse en expertos.




