Call of Duty da un giro radical y tus skins pagarán el precio
Lo que hace una semana era una promesa, hoy es un portazo. Activision borra de un plumazo el traspaso de contenido a Black Ops 7, y la razón va más allá de un simple cambio: es una lucha por el alma de la franquicia.
Imagínese la escena: usted le ha metido horas, y seguramente algo de plata, a Call of Duty: Black Ops 6. Ha desbloqueado ese operador que le costó tanto conseguir, comprado el aspecto de arma que lo hace ver como un profesional y, en general, ha curado una colección digital de la que se siente orgulloso. Ahora, piense que, de un día para otro, la compañía le dice que todo ese esfuerzo y dinero se quedará congelado en el tiempo. Pues bien, deje de imaginarlo, porque eso es exactamente lo que Activision acaba de anunciar para la transición hacia Call of Duty: Black Ops 7.
En una de esas jugadas que dejan a toda la comunidad con la boca abierta, Activision ha decidido echar para atrás su programa “Carry Forward” para la próxima entrega de la saga. Esto, en buen colombiano, significa que ni los operadores, ni las skins de personajes, ni las armas que consiga en Black Ops 6 podrán ser transferidos y utilizados en Black Ops 7 cuando se lance el 14 de noviembre. La noticia es un baldado de agua fría, sobre todo porque hace apenas una semana la misma compañía había confirmado que el programa sí continuaría, aunque con un lanzamiento demorado después de la Temporada 1. Ahora, la respuesta es un no rotundo.
¿Cuál es el argumento de Activision para semejante volantazo?
Según el comunicado oficial, la decisión busca que “Black Ops 7 se sienta auténtico para Call of Duty y su ambientación”. En otras palabras, la empresa quiere hacer borrón y cuenta nueva para que la próxima entrega tenga una identidad propia y no se sienta como una extensión del juego anterior. Para calmar un poco los ánimos, aclararon que la medida no afecta a Call of Duty: Warzone, donde todo su contenido de BO6 seguirá siendo funcional. Además, en un gesto para reconocer “el tiempo y la progresión” de los jugadores, las fichas de doble experiencia y los GobbleGums sí pasarán al nuevo juego. Pero seamos sinceros, eso es un premio de consolación para quienes invirtieron en cosméticos.
Ahora, la cosa se pone más interesante, porque esta decisión no es un simple capricho. Es la punta del iceberg de una crisis de identidad que la propia Activision ha reconocido. En el mismo comunicado, la compañía admitió estar al tanto de las conversaciones en línea sobre cómo “la identidad de Call of Duty se ha desviado” de lo que la hizo única en un principio. Mencionaron que entienden el deseo de los fanáticos por una experiencia “inmersiva, intensa, visceral y, en muchos sentidos, aterrizada”. “Esa retroalimentación nos llega y la tomamos en serio. Los escuchamos”, afirmaron. Aunque no lo dicen con todas las letras, es evidente que le están parando bolas a las quejas sobre la avalancha de skins estrambóticas y colaboraciones con personajes como Nicki Minaj, que para una parte de la fanaticada “purista” han convertido un shooter militar en un carnaval de cultura pop.
Aquí es donde entra el otro jugador en este ajedrez: la competencia.
Este movimiento de Activision no puede analizarse sin mirar al otro lado de la calle, donde Electronic Arts se prepara para el lanzamiento de Battlefield 6 en octubre. Los desarrolladores de su principal rival han estado pregonando a los cuatro vientos que su enfoque será, precisamente, mantener los cosméticos “aterrizados” y “auténticos”. Shashank Uchil, director de diseño de Battlefield, fue tajante al afirmar que el juego volverá a la estética de soldados realistas de BF3 y BF4, llegando a decir: “No creo que necesitemos a Nicki Minaj”. Este dardo, directo al corazón de la estrategia reciente de Call of Duty, parece haber hecho eco en las oficinas de Activision.
Así las cosas, la cancelación del “Carry Forward” parece ser una reacción directa a esta doble presión: una base de jugadores veteranos que piden a gritos un regreso a las raíces y un competidor que amenaza con robarles ese mercado prometiendo exactamente eso. Es una jugada arriesgada. Por un lado, se arriesgan a enfurecer a la porción de jugadores que sí disfrutan y gastan dinero en la personalización más alocada. Por otro, es un intento desesperado por demostrarle al fan de toda la vida que la franquicia no ha perdido su norte. Activision está sacrificando la continuidad de las microtransacciones a corto plazo con la esperanza de recuperar el alma de su franquicia a largo plazo. La gran pregunta que queda en el aire es si este primer paso será suficiente o si es solo una medida de contención mientras su rival se roba el show. Con un Black Ops 7 que promete un multijugador futurista, la coherencia de esta nueva filosofía “auténtica” está por verse.
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